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Derecho aragonés

Separados después de morir. ¿Hereda el viudo?

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha admitido la legitimación de los herederos para instar la continuación del pleito de separación que tramitaba la difunta contra su marido. Éste, por su parte, pretendía heredar a su mujer, pues cuando ella falleció no estaban separados judicialmente. De acuerdo con la Sentencia (STSJ Cataluña, 15 marzo 2004), el viudo no hereda. Así lo contaba elmundo.es.
El resultado me parece muy razonable, pero mejor si no fuera necesaria la ficción de que la sentencia, pronunciada unos días después de la muerte de la mujer, realmente ha producido la separación de un matrimonio ineludible y definitivamente ya disuelto.

En el Derecho aragonés la solución hubiera sido la misma, en virtud de una norma que probablemente hubiera ahorrado un pleito (aunque cuando se trata de heredar parece que los despechados suelen caer en la tentación de probar fortuna en los tribunales).
El precepto se encuentra en el artículo 216 de la Ley de sucesiones por causa de muerte de 1999, en cuyo apartado uno se lee:

“El llamamiento al cónyuge superviviente no tendrá lugar si al fallecimiento del causante estuviera decretada judicialmente la separación, se encontraran en trámite los procedimientos dirigidos a obtener la declaración de nulidad del matrimonio, el divorcio o la separación, o si estuviera separado de hecho por mutuo acuerdo que conste fehacientemente”
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Hace unos meses, al ocuparse la profesora Egúsquiza Balmaseda de “Sucesión legal y voluntaria en las crisis matrimoniales” (Cuadernos de Aranzadi Civil, 2003, pág. 107), contraponía las normas catalanas y las aragonesas sobre este punto. De las aragonesas (el citado artículo de la LSuc., así como el art. 94 de la Ley 2/2003, de 12 de febrero, sobre régimen económico matrimonial y viudedad) decía:
“La solución resulta singularmente interesante ya que es totalmente respetuosa con el carácter personalísimo de la acción de divorcio, puesto que no se plantea la sucesión procesal. Se opta así por una solución que resulta más cercana a la sensibilidad de los tiempos presentes (…)”

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